martes, 31 de enero de 2012

Entrevista a Björn Dahlborn, doctor de textos


«Hay que darse cuenta: el usuario no quiere leer todo.»

En el norte de Europa, en Suecia, a orillas del lago Vänern, se encuentra la ciudad de Karlstad. Allí hay un hombre que se dedica a curar. Pero sus pacientes no son personas, mucho menos animales. Björn Dahlborn es TextDoktorn, es decir, cura textos.

¿Cómo surgió la idea de curar textos?
Como está explicado en mi sitio web (http://www.textdoktorn.se/Spanish/index.htm), tengo un examen de consultor de lengua. Ese programa universitario fue iniciado para proveer a las autoridades suecas de expertos lingüísticos para mejorar la comunicación con los ciudadanos, y evitar así la lengua burocrática y los errores comunes de escritura.

Muy inspirador.
Por eso, he consagrado mi vida profesional a la misión de simplificar textos, no solamente para los lectores, sino también para los autores.

Sé que tiene experiencia en corregir y redactar manuales. ¿Por qué se destaca un buen manual?
Un buen manual facilita la búsqueda de información pertinente: incluye una tabla de materias con subtítulos claros y un buen índice. Los términos tienen que estar bien explicados y la lengua, lo más simple posible.

Como autor, hay que darse cuenta de que el usuario no quiere leer todo, busca información muy específica. Y frecuentemente ya está un poco irritado... Si el equipo funciona sin problemas, el manual no se necesita.